Curry vegano súper fácil y exitoso
Holi! Tengo mono de Tailandia, hace justo un año que me compré el billete para ir y empecé a preocuparme por si allí podría comer siendo vegano. No tuve ningún problema en ningún momento, lo único un poco raro es que la salsa de pescado consideran que es veggie. En mi blog lapastanoengorda.es encontrareis un post de comer vegano en Bangkok.
Respecto a la salsa esta, hubo un restaurante idílico en el que estábamos comiendo algo rico de postre y de repente empezó a oler fatal, yo pensaba que estaban quemando una depuradora cerca o algo así, horrible. Me levanté corriendo y me salí con cara de asco. La señora pidió perdón a mi amiga porque me vio la cara de salir espantado, jamás hubiera pensado que ese olor fuera una salsa de peces, pero sí. Lo era. Te aseguro que si te la intentan colar, te darás cuenta.
Simplemente tienes que pedir el plato y decir ¨no fish sauce please¨ y ya lo tienes. Bueno, el curry que es lo que interesa.
Necesitas:
- Galanga o jengibre azul: Lo venden congelado en tiendas asiáticas.
- Hojas de lima kaffir: Lo mismo que lo anterior.
- Tofu: También lo puedes comprar en tiendas asiáticas especializadas, quizá en la de tu barrio no haya.
- Verduras al gusto. Yo puse: Brócoli, calabacín y champiñones.
- Leche de coco en lata.
- Curry en polvo.
También puedes comprar una pasta de curry de las que vienen ya hechas, pero yo lo que hago es poner un buen pegote de curry en polvo en la sartén y lo caliento un poco, cuidado no lo quemes. Ahora añades las verduras, la leche de coco y un poco de agua para que cuezan. La tapa es importante, así quedará mucho más aromático porque no se escapan los aceites esenciales.
Y ya para rematar de aromático, coges las hojas de lima y le quitas el rabito del medio, eso hará que le de mucho más flow. Con el jengibre azul, lo único que tienes que hacer es cortarlo en rodajas y meterlo en el guiso. Ninguno de los dos se come en teoría, aunque puedes venirte arriba como yo y darle un bocado al jengibre, verás que por mucho que mastiques es difícil de tragar porque es demasiado fibroso. El jengibre azul no es azul, por cierto. Ojalá.
Lo dejas así tapado cociendo a fuego bajo y cuando ya no puedas más, lo sacas y lo sirves con unos cacahuetes tostados, un cuenco de arroz y chile en polvo. De esta manera nadie se podrá quejar de que pica demasiado, si le pica demasiado, será por su culpa y no podrá echarte nada en cara.
Cristian Alonso
lapastanoengorda.es