Velintonia, la Casa de los Poetas

 

La Comunidad quiere comprar la casa de Vicente Aleixandre que se convirtió en punto de encuentro de la cultura española del siglo XX

 

 

Hoy son pocos los que, cuando pasan al lado de la estación de Metropolitano junto a Ciudad Universitaria, reconocen un chalet cerrado a cal y canto desde hace años en plena calle de Vicente Aleixandre, pero ese edificio se convirtió durante buena parte del siglo XX en el lugar de encuentro del mundo cultural madrileño. Tanto es así que, para evitar su desaparición, la Comunidad anunciaba hace unos días que lo declarará BIC e iniciará los trámites para comprarlo.

Y es que ese pequeño chalet no es otro que la que fuera vivienda del Premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre, que recibió en su casa a todos los poetas y escritores de la Generación del 27 y de las generaciones literarias sucesivas.

Pero vayamos al principio. En 1927, en concreto en el mes de mayo, Vicente Aleixandre, junto a sus padres y su hermana, se mudan a un chalet de tres plantas con jardín situado en la calle Wellingtonia, al final de la Avenida de la Reina Victoria y en el extrarradio de la capital.

El chalet de nueva construcción será la vivienda de Aleixandre hasta su muerte en 1984, y desde su misma inauguración será considerada por la intelectualidad madrileña la “Casa de la Poesía”. Así la mayoría de los poetas de la Generación del 27 y buena parte de los autores literarios de generaciones sucesivas pasarán por la rebautizada como “Velintonia”, un reducto de libertad en la España franquista que se convertirá en foco cultural de intercambio de ideas, además del lugar donde Alexandre vivirá su exilio interior.

Y es que, afirman los que pasaron por ella, no era difícil encontrarse a Lorca tocando el piano, o a Cernuda, José Hierro, Pablo Neruda y Jorge Guillén en acaloradas discusiones, o al propio Vicente Aleixandre mostrando a sus amigos sus nuevas composiciones.

 


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Esta situación se mantendrá hasta la muerte del poeta, cambiando únicamente los asistentes. De tal forma, pasarán por Velintonia la Generación del 27, la del treinta y seis, los “niños de la guerra” o los “Novísimos”, convirtiendo el chalet en la Casa de la Poesía de Madrid.

Pero la historia de este inmueble no será fácil. El edificio vivirá un bombardeo durante la Guerra Civil, momento en el que el poeta y su familia se traslada a vivir a casa de sus tíos en la calle Españoleto. Tras el fin de la contienda, la casa será reconstruida, plantándose en el jardín el impresionante Cedro Libanés que hoy es especie protegida, y uno de los principales atractivos del espacio.

Y si hubo problemas en vida, tras la muerte de Aleixandre la situación será peor. En 1984, tan sólo siete años después de conseguir el Nobel, y seis años más tarde de que Álvarez del Manzano, con la oposición del escritor, cambiase el nombre a la calle para llamarla “Vicente Aleixandre”, se produce la muerte del poeta, dejando la vivienda a su hermana Conchita, que la utilizará hasta su fallecimiento dos años después.

Desde entonces Velintonia se cierra a cal y canto, convertido en un gigantesco fantasma en medio de un Madrid en desarrollo, por lo que no es de extrañar que los herederos hayan intentado poner el edificio en venta.

Y aquí empieza la parte final de la historia de esta casa que, desde el 2007, enfrenta a herederos, instituciones y la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre en una guerra mediático-judicial que la Comunidad quiere cerrar dentro de tres años.

En 1995, un grupo de poetas, con José Luis Cano y Alejandro Sanz al frente, inician una protesta buscando proteger el inmueble, para lo que inician una recogida de firmas con eco internacional.

Diez años más tarde, y al comprobar que las instituciones no han movido un dedo, los poetas vuelven a iniciar la campaña, consiguiendo un principio de acuerdo entre Gobierno, Comunidad y Ayuntamiento, pero las negociaciones se rompen, lo que lleva a los herederos a poner en venta la casa.

En 2018, el Gobierno de Carmena llegó a hablar de expropiación, iniciando un proceso judicial con los herederos que terminaría en 2021, cuando el juez ordenó la subasta pública de la vivienda.

Para evitar la destrucción del inmueble, en 2022 el Gobierno de Ayuso inicia los trámites para declararla Bien de Interés Patrimonial, una protección que los Amigos de Vicente Aleixandre consideran insuficiente, pues sólo habría que respetar la fachada y el cedro.

El grupo pide la declaración BIC dentro de la categoría de Sitio Histórico para convertir Velintonia en un Centro de Documentación y Estudio de la Poesía Española del siglo XX, una auténtica Casa de la Poesía que, además de sede de la Fundación Vicente Aleixandre, sirviese de punto de encuentro a la sociedad cultural madrileña.

Pero mientras los poetas se movilizan, la guerra judicial se recrudece. Tras quedar desierta la subasta pública, los herederos ponían a la venta de nuevo la casa por un precio negociable de cuatro millones y medio de euros.

Y es aquí donde entra la Comunidad de Madrid, que el pasado mes de junio anunciaba su intención de comprar la vivienda después de declararla Bien de Interés Cultural para reabrirla en 2027 como epicentro de las celebraciones del Centenario de la Generación a la que perteneció Aleixandre, pues recuerdan desde el Gobierno madrileño, en ese año también se cumplen cincuenta de la concesión del Nobel al poeta.

 

Samuel Román

eltelescopiodigital.com