Ochocientos años de libertad
Se cumplen ocho siglos del Fuero de Talamanca, la primera agrupación de villas de la Comunidad de Madrid
Aunque no se le esté dando la relevancia que merece, este 2023 es un año muy especial, pues se cumplen 800 desde la aprobación del llamado Fuero de Talamanca, un documento por el que el Obispo de Toledo concede una “semi independencia” a una serie de municipios de la zona norte de Madrid. Y es importante no solo para ellos, si no también para el resto de la región, ya que es el primer jalón del nacimiento de lo que hoy es la Comunidad de Madrid.
Pero para entender el Fuero y lo que significa hay que viajar aún más atrás en el tiempo. Siglo XI, en plena Reconquista. En el año 1085 el rey Alfonso VI toma la que en ese momento era la capital del reino de los godos, Toledo, con todas sus tierras dependientes que hasta ese momento habían estado en manos musulmanas, como Alcalá, Guadalajara o los valles del Jarama, Henares, Tajuña y Tajo.
Años antes, el Rey ya había logrado conquistar la tierra de Talamanca, importante población fortificada de la Hispania visigoda que había sido tomada por los árabes (de hecho, la historia “secreta” de Talamanca habla de que puede ser la legendaria “Mantua Carpetana”, uno de los más importantes puntos de comunicación de la península en tiempos de los romanos. Eso sí, el título se lo disputan con la mismísima Madrid Capital. Lo que si es seguro es que ambas Villas fueron fortificadas casi a la vez, allá por el año 873, por orden del emir de Córdoba).
Una vez asentada la conquista tras la victoria de las Navas de Tolosa, tocaba repoblar las tierras, y por eso la reina Berenguela concede al obispo de Toledo, en 1214 la plaza de Talamanca y todo su alfoz.
El obispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, se convertiría en canciller de Fernando III durante sus primeros años de edad, y durante ese tiempo conseguiría señoríos en toda la comarca del Henares como Alcalá, Talamanca, Uceda o Brihuega.
Pero este territorio cada vez más amplio era difícil de controlar desde la ciudad imperial, por lo que el obispo opta por una solución original que luego copiarían otros países europeos: conceder un Fuero, una especie de “carta de libertad” qué permitiese a algunas de esas zonas autogestionarse. Lo que realmente había era una promesa de reducción de impuestos a cambio de instalarse en zonas que habían quedado totalmente despobladas por la guerra.
Así nace, el 23 de enero de 1223, el Fuero de Talamanca, que creaba una región libre formada por las aldeas de Valdepiélagos, Valdetorres, Valdeolmos, El Espartal, El Vellón, El Molar, El Casar, Alalpardo, Ribatejada, Campoalbillo y Silillos, que quedaban bajo la protección y jurisprudencia de Talamanca.
Este Fuero, una especie de “carta otorgada” al estilo napoleónico, que incluía derechos y deberes de los que aceptaban vivir bajo él, es una copia más o menos literal del aprobado en Sepúlveda en el 950, y establecía que las tierras bajo el Fuero aceptaban a todos aquellos que quisieran “repoblar” la zona, estableciendo su residencia durante, al menos, un año en ellas. Además, los que viviesen bajo el Fuero estarían exentos del pago de impuestos como la “mañería” (derecho del señor feudal a quedarse con la herencia tras la muerte de una persona sin heredero legítimo); el “nuncio” (precedente histórico del Impuesto de Sucesiones), peajes, portazgos o montazgos.
Esta “unión de aldeas”, que fue el segundo experimento creado por el Obispo tras el Fuero de Uceda, concedido un año antes, nunca tuvo un excesivo poder económico, pero sí es el primer paso a lo que iba a ocurrir tan solo unos pocos años después.
Y es que al comprobar que el experimento funcionaba, Rodrigo Jiménez concedió fueros idénticos a Alcalá y Brihuega, conformando las regiones históricas de lo que hoy es la Comunidad de Madrid.
En concreto el Fuero de Alcalá se entregaba en 1235, por lo que dentro de doce años cumplirá también ocho siglos de historia, y es el origen de lo que hoy es la Zona Este e históricamente se ha considerado la Campiña de Alcalá.
Además, este grupo de villas y tierras “aforadas” serán el origen, pocos años después del Concejo de la Mesta.
Pero volviendo al fuero, Talamanca se organizaba administrativamente en cuatro “regiones” o cuartos, que mantendrán su estructura más o menos hasta el siglo XVI: Valdetorres y Valdepiélagos; El Molar y El Vellón; Fuente el Saz y Algete; Zarzuela del Monte (hoy Ribatejada), Valdeolmos y Alalpardo; y El Casar, único municipio que hoy pertenece a la provincia de Guadalajara.
Al frente de cada uno de estos “cuartos” que es el nombre que se les dio, se puso a un Procurador , elegido, en Concejo Abierto, por los “hombres buenos”, es decir, los habitantes de ese mismo cuarto, que se encargaría de gestionar el patrimonio común, recaudar impuestos y administrar justicia. Al frente de todos ellos se encontraba el Procurador Síndico que ejercía las mismas funciones en la Villa de Talamanca.
Y hoy, 800 años después, el centenario ha servido para que los once pueblos que hoy forman el antiguo Fuero hayan decidido unirse en una serie de celebraciones que se prolongarán durante todo 2023, para lo que han constituido un Comité de Honor presidido por el Rey de España. Y es que la ocasión lo merece, pues buscan recuperar la historia que les une, que no es otra que el primer reducto de “libertad” en la Comunidad de Madrid.
Samuel Román