Adiós Piscis, Hola Acuario
El mundo se prepara para un cambio radical en todos los sentidos
Cuando los filósofos de la New Age que daría lugar al movimiento hippie hablaban de la Era de Acuario poco podían imaginar que un misterioso virus iba a conducir a la humanidad exactamente a ese mundo imaginado en el que el respeto al medio ambiente, el reparto igualitario de los recursos y la creatividad como motivación iban a ser la clave. Pero así ha sido: todo apunta a que la Era Astrológica que comenzaba su transición en 1962 y entraba este 21 de diciembre en su fase final ya ha llegado y va a cambiar para siempre el mundo tal y como lo conocemos.
Pero para entender qué es la Era de Acuario hay que viajar al proceloso mundo de la astrología, esa pseudociencia que considera que los astros ejercen su influjo sobre las personas hasta el punto de condicionar o, al menos, abrir caminos hacia su futuro.
La astrología, para hablar de los grandes periodos de la historia, recurre a un movimiento de la Tierra muy poco conocido, pero clave en la evolución del planeta. Así, junto a los movimientos de traslación y rotación, se une un movimiento de precesión que cambia muy lentamente el eje terrestre haciendo que el Sol vaya cambiando el signo en el que comienza la primavera a lo largo de un periodo de 25.776 años. En concreto, el Sol comienza la primavera en cada signo durante 2.144 años lo que tiene repercusiones muy importantes en los grandes ciclos históricos de ese periodo.
Así, por ejemplo, la Era de Tauro coincide con el principio del Imperio Egipcio; la Era de Aries con el Viejo Testamento de la Biblia; y la Era de Piscis comienza, más o menos, con el nacimiento de Jesucristo.
Más o menos, porque al ser un movimiento tan leve (el desplazamiento tiene un valor de alrededor de un grado cada 71 años) es complicado ponerse de acuerdo sobre la fecha exacta en que comienzan las distintas eras. Así, los astrólogos recurren al movimiento de otros cuerpos celestes para intentar determinar cuando cambian las Eras, o mejor dicho, en que lapso de tiempo cambian las Eras.
De tal forma, la creencia más habitual habla de que la transición entre Piscis y Acuario comenzó el 4 de febrero de 1962 entre las dos y las tres de la tarde, momento en que se produjo un importantísimo evento astrológico.
Durante esa hora siete cuerpos celestes (El Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Júpiter, Marte y Saturno) se alinearon en una conjunción que no se repetía desde hace 240 años, y lo hacían en el signo de Acuario. Aquello, que además coincidió con un eclipse de Sol, se consideró el inicio de la Nueva Era, y potenció toda una serie de corrientes de pensamiento como el ecologismo, el feminismo, el sincretismo religioso, el yoga o el reiki entre muchas que aún hoy siguen en funcionamiento.
El siguiente jalón en esta entrada en la Era de Acuario se producía el 21 de diciembre de 2020, un momento en que Júpiter y Saturno, los dos grandes planetas de “movimiento lento”, se encontraban, por primera vez desde hace 240 años en el mismo signo, que no era otro que Acuario.
La conjunción, que, al igual que la del 62 llegó a ser alineación, produjo un fenómeno inaudito en el cielo, pues los dos planetas formaron una gran estrella visible a simple vista a pocos días de Navidad que muchos identificaron con la “Estrella de Belén” (y efectivamente, los últimos estudios apuntan a que lo que vieron en el cielo los Magos en el año -6 fue una conjunción planetaria, formada por el Sol, la Luna, Júpiter y Saturno en Aries y Venus, al lado, en Piscis que les indicaba el nacimiento de una personalidad importante en Judea).
En esta ocasión el sentido es, al menos, igual de contundente, pues la unión de los dos planetas por primera vez en un signo de aire representa el comienzo de una nueva era. Es más, para la Astrología tradicional, la unión de Júpiter y Saturno predice revoluciones y traspasos de poder, además de un cambio en las creencias oficiales.
Y algo de razón deben tener, pues el anterior encuentro entre ambos planetas en un nuevo elemento se produjo en 1780, justo antes de las revoluciones francesa y americana: y la anterior, que sirvió a Galileo para descubrir los anillos de Saturno y las lunas de Júpiter, dio paso a la Ilustración.
Pero es que, además, esta conjunción rompe la “Gran Conjunción” de Saturno, Júpiter y Plutón en Capricornio que ha regido todo 2020 dejando atrás el sistema en crisis (Plutón representa el cambio radical, la muerte, la crisis, la transformación total, una transformación que comenzaba en 2008, cuando el planeta entraba en Capricornio, y que ha provocado una crisis económica, social y de valores sin precedentes que culminaba con los confinamientos provocados por el coronavirus).
De tal forma, 2021 se presenta como un nuevo comienzo, en el que las fuerzas de los dos grandes planetas en Acuario van a abrir una nueva etapa histórica totalmente distinta a la que conocíamos. El cambio se completará en 2024, cuando Plutón vuelva a encontrarse con los dos planetas, pero esta vez con aspectos mucho más positivos y para instaurar oficialmente el nuevo sistema, basado en la comunicación, la innovación y la creatividad.
Pero en el ínterin tienen que pasar muchas cosas. Júpiter representa la fuerza de lo nuevo, la libertad y la sociedad; mientras que Saturno es representante del inmovilismo, el poder institucionalizado y la represión. Ambas fuerzas están condenadas a enfrentarse, y lo harán durante los tres próximos años, en una lucha que ganará la generación nacida en los años 90, llamados a ser los líderes del nuevo mundo.
Samuel Román