Alimentación en la primera infancia
Los gustos y preferencias en alimentación se van formando desde la gestación, a través de los alimentos que toma la madre durante el embarazo, y también de los olores que hay en casa, una vez que el bebé ya ha nacido, y de la leche, si toma lactancia materna.
El papel de los padres o educadores en la alimentación de los niños es fundamental, con sus conductas hacia los alimentos, marcarán la relación que tendrán sus hijos con ellos para toda su vida.
Posteriormente entramos en la alimentación complementaria, entre aproximadamente los 6 y los 12 meses, aunque esto depende de cada niño. Este es un periodo en el que sus necesidades alimentarias están prácticamente cubiertas con la leche materna, o en su defecto artificial, lo que la hace una etapa única en la vida, en la que tenemos que centrarnos, con las debidas precauciones, en que vaya aprendiendo a comer, y en enseñarle buenos hábitos alimentarios, por ello es tan importante enseñarle a comer comida y no productos, cuyo sabor puede hacer que desarrolle una preferencia por estos para toda su vida, con todos los perjuicios para su salud que esto conlleva.
Te dejo cinco claves para conseguirlo:
- Ten en casa alimentos saludables y consúmelos tú, tu ejemplo es la esencial. Puedes aprovechar esta etapa para mejorar tu propia alimentación, para ir dejando de comprar alimentos que sobren en tu despensa. Después puedes dejarle que coma acorde con sus preferencias, entre la oferta de alimentos sanos.
- Respeta sus señales de hambre y saciedad, que pueden ser cambiantes, necesitando unos días comer más que otros, como nos pasa a todos. Ten en cuenta que nadie más que tu hijo sabe lo que necesita comer, así que no te obsesiones con la cantidad, sino con la calidad de los alimentos que pones a su alcance, priorizando legumbres, frutas, verduras, cereales integrales, proteína de calidad.
Ten en cuenta que objetivo no es que hoy se acaben lo que tienen en el plato, sino que adquieran una buena relación con la comida, que puedan mantener para toda su vida.
- No les obligues a comer, la comida nunca debe usarse como premio o como castigo, no debe entrar en las negociaciones, es contraproducente a corto plazo, y favorece malas conductas alimentarias a largo plazo.
- Para comer de una manera saludable no hay que comer de todo, lo que hay que hacer es no comer ciertos productos. Los bebés y niños no necesitan ningún producto alimenticio especial para ellos.
- Procura hacer de la comida un rato agradable.
En años posteriores es esencial evitar asociar sistemáticamente los buenos momentos, las reuniones familiares, las celebraciones etc con la alimentación poco saludable.
Por eso te invito, ahora que vamos a ir recuperando la vida más social con nuestros hijos, que les evites asociar esta felicidad, con ingestas de comida malsana, los alimentos saludables también pueden acompañarnos en los buenos momentos.
Ana del Villar
Dietista. Ingeniera agroalimentaria