Llega el verano y hay que protegerse del sol, ¿pero se hace de una forma adecuada?
Te aconsejamos cómo actuar para prevenir daños en la piel este año que hay un 20% más de riesgo de padecer problemas
Tras unos meses duros de confinamiento, poco a poco la vida vuelve a la normalidad y con ello la exposición de la piel al sol. Este año más que nunca hay que prestar atención ya que al haber estado mucho tiempo sin tanto contacto con él, la piel puede dañarse con más facilidad. Según los expertos de nutritienda.com, la tienda online líder en productos de salud y belleza, este verano puede haber un 20% más de problemas en la piel que otros años. Algo que puede ser preocupante si se atiende a los datos de una reciente encuesta hecha por la compañía que revelaron que seis de cada diez españoles solo utiliza crema solar en las piscinas o en las playas y únicamente dos de cada diez reconocía echársela durante todo el día con reaplicaciones continuas. Y lo que más preocupa, casi un 30% de los españoles reconoció que se quemaba durante el verano, con más de la mitad de los menores de 25 años a la cabeza de la lista.
El verano ya está aquí y este año más que nunca hay que protegerse del sol, ¿pero lo hacemos de una forma adecuada?, la encuesta reveló que no. Siete de cada diez españoles no sabe bien cómo, cuándo y dónde hay que aplicar la protección solar.
Hay que tener en cuenta que el sol emite diferentes tipos de radiaciones, entre las que destacan los rayos ultravioleta y los infrarrojos, responsables de efectos beneficiosos y perjudiciales sobre la piel. Dentro de las radiaciones ultravioletas existen dos tipos: las B (UVB) y las A (UVA). Las UVB, aunque de mayor energía, penetran poco en la piel. Son responsables del enrojecimiento y desencadenan el proceso del verdadero bronceado. Las UVA penetran más profundamente en la piel, siendo responsables, además de la pigmentación inmediata, de las alergias solares y del fotoenvejecimiento de la piel a largo plazo. La exposición inadecuada al sol puede provocar diferentes efectos adversos tales como: insolaciones, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, alteraciones del sistema inmunitario, afecciones oculares y cáncer de piel. La mejor forma de evitar dichos efectos es utilizar un tipo especial de cosméticos: los protectores solares o fotoprotectores.
Lo primero que hay que tener en cuenta para elegirlos es que no todos son iguales, y que, dependiendo del tipo de piel y de la zona a aplicar, hay que optar por uno o por otro. Para poder elegir adecuadamente el protector solar, se debe conocer el fototipo de piel que tiene cada uno que se determina, según la clasificación de Fitzpatrick, por el color de la piel, de los ojos, del cabello y de la capacidad para brocearse, algo que, a día de hoy solo hacen un 36% de los españoles:
Fototipo 1 - Es el que tienen las personas con la piel muy blanca, muchas pecas, cabello pelirrojo o rubio, ojos claros azules o verdes y cuya piel no se broncea, solo se enrojece, protección recomendada: SPF más de 50.
Fototipo 2 - Los que tienen la piel blanca, algunas pecas, cabello rubio o castaño, ojos azules, verdes o grises, la piel no se broncea casi nunca, protección recomendada: SPF más de 50.
Fototipo 3 - Aquellos con la piel morena clara, ninguna peca, cabello castaño, ojos grises, verdes o café, la piel se broncea de una forma media, protección recomendada: SPF de entre 50 y 30.
Fototipo 4 - Es el que tienen las personas con la piel morena, ninguna peca, cabello castaño oscuro, ojos oscuros, la piel se broncea rápido, protección recomendada: SPF de 30.
Fototipo 5 - Para los de piel muy morena, ninguna peca, cabello negro o café, ojos negros o cafés, se broncea muy rápido, protección recomendada: SPF de 30 a 15.
Fototipo 6 - Aquellos con la piel oscura, ninguna peca, cabello negro o café, ojos oscuros, se broncea muy rápido, protección recomendada: SPF de 15.
No obstante, lo más importante es estar siempre protegidos ante los rayos solares y es preferible pasarse a quedarse corto por ello es conveniente no solo elegir los protectores solares adecuados según el fototipo sino también aquellos que contengan filtros frente a los rayos UVA y UVB.
Usar un protector solar adecuado a nuestra piel y hacerlo de la manera correcta es fundamental, de hecho, el riesgo a padecer cáncer de piel en tres de cada cuatro casos podría reducirse si desde la infancia tuviéramos unos hábitos saludables al sol, por lo que los expertos de nutritienda.com aconsejan cómo usar el protector y cómo actuar para prevenir daños en la piel:
Cuándo aplicarlo. Lo primero que hay que hacer es aplicar el protector solar con la piel bien limpia unos 25 o 30 minutos antes de la exposición solar.
Dónde aplicarlo. Hay que aplicarse la protección en todo el cuerpo, y especialmente en zonas que suelen olvidarse, como las orejas, el cuero cabelludo, el empeine, los labios y la cara externa de las manos.
Cada cuánto aplicarlo. Si uno va a pasar mucho rato dentro del agua, hay que renovarlo nada más salir de ella, y si se va a estar mucho tiempo al sol hay que tener en cuenta que el Factor de Protección Solar (FPS o SPF) de la crema que nos echemos indica el tiempo que aumenta la capacidad natural de nuestra piel para responder a la radiación solar. Es decir, si nuestra piel se quemaría normalmente sin crema a los 20 minutos de exposición y utilizamos un protector factor 15, a los 35 minutos deberíamos de volvernos a reaplicar la primera vez y luego cada 15 minutos aproximadamente, incluso cuando se está debajo de la sombrilla. Obviamente son cifras aproximadas, todo dependerá de la hora del día en la que nos encontremos o el lugar donde estemos.
Para qué aplicarlo. Es importante también usar protector no sólo cuando se va a la playa o la piscina, hay que ponerse crema antes de salir de casa, para ir a trabajar, dar un paseo, hacer deporte o cualquier exposición solar por pequeña que sea.
Pero no solo hay que seguir estos consejos de cómo utilizar el protector solar, además, para prevenir daños en la piel hay que intentar evitar las horas de sol más agresivas que son de 13h a 16h, no permanecer bajo el sol largos periodos de tiempo, usar gafas de sol, sombrillas y ropa para protegerse, beber agua con frecuencia para hidratar la piel y no confiarse aunque esté nublado. Y es fundamental también vigilar si tenemos marcas en la piel que hayan cambiado de color, tamaño o forma, o son diferentes del resto que tenemos, si tienen varios colores, si son asimétricas o sus bordes son irregulares, con una superficie brillante, tacto escamoso o áspero, si su tamaño es superior a 6 mm y por último si pican, sangran y parecen una herida que no cicatriza. En cualquiera de estos casos mejor acudir a un dermatólogo.