No podemos tolerar sus muertes
Tenemos una mala noticia. Hace unos días se confirmaba la muerte por electrocución de un águila perdicera en la comarca de Requena-Utiel, en la Comunidad Valenciana, una más en España.
Una joven se encontró al águila tirada en el suelo, gravemente herida, y lamentablemente no se pudo hacer nada para salvar su vida. El ejemplar era el macho de una de las pocas parejas que quedan en la Comunidad Valenciana. Una vez más, otra tragedia que se podía haber evitado si las compañías eléctricas cumpliesen la ley.
Al menos 33.000 aves rapaces pierden la vida así cada año. La muerte por electrocución representa una de las principales causas de muerte no natural de las aves a las que se enfrentan algunas de nuestras especies más amenazadas.
Tras años reivindicando medidas legales, en 2008 se aprobó un Real Decreto que obliga a que las líneas eléctricas cumplan las normas técnicas que reduzcan los riesgos de electrocución y colisión para la avifauna.
La ley existe y vamos a seguir haciendo todo lo que esté en nuestra mano para que se cumpla.
No podemos tolerar que especies, en muchos casos amenazadas, se expongan a una muerte absolutamente injusta y evitable. Ayúdanos a conservar las aves y nuestro entorno frente a amenazas como esta. Únete a SEO/BirdLife por la defensa de la naturaleza.
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