Día Mundial de la Esclerosis múltiple: cómo afecta a los ancianos
TK Home Solutions explica los síntomas y factores de riesgo asociados a esta enfermedad, y cómo ayudar a pacientes mayores
Cada 30 de mayo se celebra el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, que tiene como objetivo aumentar la conciencia sobre esta enfermedad y brindar apoyo a las personas que la padecen, teniendo en cuenta que su frecuencia ha ido aumentando progresivamente en España en las últimas décadas. Según datos que maneja TK Home Solutions, en España hay más de 50.000 afectados por esta enfermedad y tres de cada cuatro pacientes son mujeres. Conocer los síntomas y cómo afecta la esclerosis múltiple es clave para acudir al médico de manera temprana ante cualquier sospecha.
Qué es la esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad del sistema nervioso central que afecta el cerebro y la médula espinal. Se caracteriza por la destrucción de la mielina, una sustancia que recubre las fibras nerviosas, permitiendo una comunicación efectiva entre ellas.
Esta destrucción desencadena una respuesta inflamatoria y la formación de placas desmielinizadas. Ante cualquier duda, conviene consultar a un neurólogo, que es el especialista que puede dar un diagnóstico preciso y establecer el tratamiento más adecuado para cada persona.
Síntomas de la esclerosis múltiple
Los síntomas de la esclerosis múltiple varían mucho de una persona o de otra, ya que dependen de la ubicación y la extensión de las lesiones en el sistema nervioso central. Sin embargo, algunos de los más frecuentes, que aparecen de forma única o en combinación con otros, son los siguientes:
1. Fatiga intensa
La fatigua es uno de los síntomas más frecuentes y debilitantes, ya que puede ser intensa y dificultar la realización de actividades cotidianas.
2. Pérdida de equilibrio y coordinación
Si la enfermedad afecta al sistema nervioso central el paciente puede tener dificultades para caminar de forma estable y realizar movimientos precisos.
3. Debilidad muscular
La debilidad muscular puede ser más o menos intensa y afectar diferentes partes del cuerpo. El paciente puede tener dificultad a la hora de levantar objetos.
4. Problemas de visión
Si los nervios que controlan la visión están afectados se puede experimentar visión borrosa o doble, pérdida parcial de la visión o dolor al mover los ojos.
5. Alteraciones sensibles
Algunos pacientes experimentan entumecimiento, hormigueo o sensación de picazón en diversas partes del cuerpo.
6. Dificultades cognitivas
La esclerosis múltiple puede afectar a la memoria, la concentración, el pensamiento abstracto y la resolución de problemas lógicos. Algunas personas experimentan dificultad para recordar o procesar información, o seguir instrucciones complejas.
7. Dificultades del habla
Si afecta los músculos y los nervios que controlan el habla, el paciente puede tener dificultad para articular palabras claramente o para controlar el ritmo y la fluidez del habla.
8. Problemas intestinales y urinarios
Cuando la esclerosis múltiple entorpece el funcionamiento de la vejiga y los intestinos existen dificultades para controlar la micción o la defecación.
Causas y factores de riesgo
Aún no se sabe exactamente los factores que desencadenan la esclerosis múltiple, aunque se presupone que la predisposición genética y los factores ambientales podrían tener un papel destacado en el desarrollo de la enfermedad.
Hay algunos factores de riesgo que aumentarían las posibilidades de sufrir esta enfermedad, entre ellos los siguientes:
- Sexo: ellas tienen un riesgo ligeramente mayor de padecer esta enfermedad.
- Edad: suele manifestarse en adultos entre 20 y 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
- Antecedentes familiares: tener un pariente cercano con esclerosis múltiple aumenta la posibilidad de desarrollarla.
Pruebas para detectar la esclerosis múltiple
Existen diferentes pruebas que, combinadas entre sí, se utilizan para detectar la esclerosis múltiple y establecer un diagnóstico, descartando que los síntomas puedan deberse a otra causa. Entre los procedimientos médicos más utilizados se encuentran los siguientes:
Resonancia magnética
Es una prueba no invasiva que utiliza imanes y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro y la médula espinal. Permite detectar las lesiones características de la esclerosis múltiple.
Análisis de líquido cefalorraquídeo
Se realiza una punción lumbar para obtener una muestra del líquido cefalorraquídeo, que rodea el cerebro y la médula espinal. Su análisis posterior puede revelar la presencia de ciertos marcadores, como la presencia de células inmunes anormales o proteínas específicas.
Examen neurológico
Un examen completo realizado por un especialista puede evaluar los síntomas y el estado neurológico de una persona. Entre otros aspectos, el médico revisará la fuerza muscular, los reflejos, la coordinación, la sensibilidad y otros aspectos relacionados con el sistema nervioso.
Historia clínica y antecedentes médicos
El médico recopilará información detallada sobre los síntomas y los antecedentes médicos del paciente, incluyendo preguntas acerca de los síntomas y su duración, o la aparición de brotes previos.
Análisis de sangre
Aunque no existe una prueba de sangre específica para diagnosticar la esclerosis múltiple, se pueden realizar análisis de sangre para descartar otras afecciones con síntomas similares.
Hay que tener en cuenta, además, que la evolución de la esclerosis múltiple puede variar ampliamente de una persona u otra. Suelen ser bastante frecuentes las remisiones y brotes, y mientras que en algunas personas la progresión de la enfermedad es rápida, otras experimentan un avance lento a lo largo de los años.
Esclerosis múltiple en la tercera edad
Esta enfermedad generalmente se diagnostica en adultos jóvenes, pero también puede afectar a las personas mayores. En el caso de su aparición en la tercera edad, el médico tiene por delante un reto adicional, ya que los cambios propios de la enfermedad se pueden confundir con los asociados a la edad o con otros síntomas procedentes de diferentes afecciones médicas.
Los expertos de TK Home Solutions señalan que la comprensión y la paciencia son fundamentales a la hora de ayudar a un anciano con esclerosis múltiple. Existen diferentes maneras de prestarle apoyo:
Buscar información
Informarse sobre la esclerosis múltiple y comprender sus síntomas y los retos diarios a los que se enfrenta el paciente permitirá brindar un apoyo más empático.
Mantener la comunicación
Mantener una comunicación abierta y efectiva con el afectado, escuchando sus preocupaciones y necesidades, le permitirá sentirse más acompañado.
Apoyo emocional
La esclerosis múltiple puede generar estrés, ansiedad y depresión, por lo que es necesario prestar un apoyo emocional continuo. Si es necesario, se puede recomendar la asistencia a un psicólogo o grupo de ayuda.
Fomento de la autonomía
Conviene ayudar al paciente a que mantenga su independencia en la medida de lo posible, alentándole a realizar actividades con las que disfrute.
Ayuda con las tareas diarias
Si el anciano tiene dificultades para llevar a cabo tareas cotidianas, como la limpieza del hogar, la preparación de comidas o el cuidado personal, se le puede brindar ayuda directa o a través de personal especializado.
Vida saludable
Es necesario que el paciente lleve una dieta equilibrada y, en la medida de lo posible, haga un ejercicio adecuado a su condición física, siempre bajo supervisión médica.
Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TK Home Solutions, comenta: “Cada persona que sufre esclerosis múltiple presenta una evolución diferente. Si el paciente es anciano hay que brindarle apoyo cercano a lo largo de todo el proceso de su enfermedad, lo que puede incluir adaptaciones de su vivienda como la instalación de salvaescaleras para facilitar su movilidad y seguridad en el hogar”.