Cómo cuidar la piel en otoño después de los excesos del verano
El verano ya ha llegado a su fin, y aunque a la mayoría le gustaría que la piel luciese durante todo el año tan bonita y bronceada como durante esa época del año, hay consecuencias que se hacen visibles con el comienzo del otoño. Sí, ¡se trata de las temidas manchas de la piel! Que son uno de los principales efectos del exceso de sol.
Las manchas de la piel son alteraciones en la uniformidad del color de ésta, hay veces que pueden existir manchas blancas o rosadas, pero lo más normal es que sean de tono marrón debido a un exceso del pigmento habitual de la piel. Esto puede ser producido por las hormonas, el estrés y el paso de los años pero según datos de los expertos de belleza de nutritienda.com, el 80% de las manchas de la piel son provocadas por el exceso de sol y aparecen cuando la producción de la melanina aumenta de forma anormal y no se reparte de manera uniforme sino que se acumula en algunos lugares concretos formando manchas.
Puede parecer que ahora que el cuerpo empieza a estar más oculto en capas de ropa no se está expuesto al sol y a sus efectos en la piel, pero uno se equivoca, el sol no desaparece porque el frío empiece, por lo que es muy importante usar protección solar durante todo el año, especialmente en las partes que vayan a estar expuestas. Según una reciente encuesta de Nutritienda, un 60% de los españoles sólo utiliza protección solar en la piscina o en la playa en sus vacaciones.
La gran mayoría no utiliza protección solar durante todo el año y este es uno de los mayores errores que se cometen con la llegada del otoño. Lo mejor que se puede hacer es usar cremas con factor de protección, y si se tiene especial sensibilidad a las manchas protegerse aún más y usar cremas específicas varias veces al día.
Además de este sencillo remedio, los expertos de nutritienda.com te dan una serie de pautas para que tu piel luzca radiante y sin manchas:
Hidratarse por dentro y por fuera
La exposición al sol y al aire hace que la piel se seque y por ello es muy importante hidratarla. Lo más adecuado es hacerlo con aloe vera, que ayuda a hidratarla y calmarla después de la exposición solar, actuando sobre las tres capas de la piel (epidermis, dermis e hipodermis). Gracias a su poder regenerador, calmante y refrescante, ayudará a hidratar la piel recobrando así su aspecto fresco y suave.
Un remedio casero para dejar la piel del rostro como nueva es hacer una mascarilla mezclando 20ml de gel de aloe vera puro, una cucharadita de miel, 5ml de aceite de jojoba y cinco gotas de aceite de árbol de té y aplicársela dos veces por semana. Además de esto es importante hidratarse por dentro, beber más de dos litros de agua es fundamental para nuestra piel y también puede ayudar ingerir alimentos como el tomate, la sandía y el pepino.
Mantener la piel limpia
Una buena limpieza de cutis es muy importante y beneficiosa para mantener su bienestar y juventud. La cara es la parte de nuestro cuerpo que está más expuesta a diferentes factores como el sol, el frío, el polvo, la contaminación, esto acompañado del estrés diario pueden perjudicar su aspecto y salud. Una buena limpieza facial ayudará a eliminar las células muertas, retrasa la aparición de arrugas, dará más luminosidad y es fundamental para evitar la aparición de manchas.
Lo primero que hay que hacer es limpiar la cara con agua tibia y un limpiador facial específico para nuestro tipo de piel. Esto hará que los poros se abran y la piel se oxigene, recuperando así la vitalidad, de este modo se eliminan las impurezas y se previene la aparición de puntos negros y espinillas, evitando el envejecimiento prematuro y reduciendo el aspecto de cansancio.
Después de limpiarse con agua es recomendable el uso de agua micelar para que nuestra piel luzca radiante. Se trata de una fórmula que contiene agua purificada mínimamente mineralizada con un pH fisiológico, con unos tensioactivos no iónicos y glicerina, pero dependiendo para qué tipo de piel está destinada puede llevar otros ingredientes, como aceite de almendras dulces o agua de rosas. Lo mejor es utilizarla por la mañana al despertar, sobre la piel limpia y de esta manera retirar los excesos de suciedad que se generan por las noche, antes de aplicar la crema hidratante o el maquillaje. También por la noche se puede usar antes de irse a dormir para desmaquillarse, hidratar y tonificar la piel.
Exfoliar la piel todas las semanas
Para mantener una piel radiante y sin manchas es fundamental exfoliar la piel todas las semanas. El peeling sirve para eliminar las células muertas y suciedad, renovar la piel, prevenir su envejecimiento y resaltar la belleza natural además de activar la microcirculación. Se pueden usar exfoliantes caseros con ingredientes como el azúcar, el café, la sal marina, la avena o la miel. Lo más importante es que el exfoliante sea suave, ya que la piel del rostro es la más delicada. Un ejemplo de exfoliante para piel grasa sería: triturar en una batidora un puñado de copos de avena con dos cucharadas de azúcar y añadirle medio limón exprimido. Hay que aplicarlo con movimientos circulares sobre la piel húmeda y retirarlo con agua. La avena y el azúcar eliminan las células muertas, y el limón es astringente por lo que limpia y purifica. Para pieles normales y secas es preferible mezclar el puñado de copos de avena con una cucharada de miel hasta crear una pasta, se aplica con suavidad sobre la piel húmeda, se deja actuar dos o tres minutos y después retirar con agua fría.
Cuidar la alimentación
Independientemente del tipo de piel que se tiene es importante cuidar la alimentación para que ésta luzca sana y sin manchas. El exceso de pigmentación también puede combatirse desde dentro, por lo que no se debe añadir solo antioxidantes en las cremas, sino que debemos ingerirlos. ¿Cómo? ¡Sencillo! Incluye frutas como los arándanos, las fresas, la granada o las uvas. Ellas y más concretamente sus semillas, contienen ácido elágico que blanquea la piel. La vitamina C colabora en la formación normal del colágeno por lo que también es fundamental incluirla en nuestro día a día, el kiwi y la naranja son buenas opciones. El limón también es otro de nuestros aliados ya que es rico en sustancias con alto poder antioxidante, como el ácido ascórbico (vitamina C) y el ácido cítrico. Estos compuestos combaten la acción de los radicales libres, ayudando a mantener un aspecto de la piel joven y cuidado. Otro de los beneficios del limón es su acción blanqueante, ya que al igual que blanquea los dientes también actúa como blanqueador de forma natural en la piel atenuando las manchas.
Hay otros aliados que no se deben olvidar para un buen cuidado de la piel como son los betacarotenos (se encuentran en las zanahorias) que bloquean los radicales libres, el lipoceno que es un completo antioxidante (se encuentra en los tomates), el omega 3 que tiene efecto antiinflamatorio, autoinmune y ayuda en el envejecimiento (se puede consumir en forma de frutos secos, pescados como el atún, bacalao, salmón o sardinas), el omega 6 que es muy beneficioso para la piel además de regular el metabolismo. La principal fuente de omega 6 son los aceites vegetales y de pescado pero, además, se puede encontrar en carnes, huevos, aguacates, cereales y semillas. Y por último la vitamina E que es uno de los antioxidantes más potentes para ayudar a la recuperación de la piel (se puede tomar en forma de semillas y aceites vegetales además de en las nueces y hortalizas de hoja verde como las espinacas y el brócoli).
Descansar lo máximo posible
Hay días que se alargan más de lo habitual, y aunque no se tiene en cuenta, al igual que nosotros estamos cansados nuestra piel también se fatiga. La falta de sueño produce radicales libres que causan envejecimiento prematuro. Al estar en reposo la piel se oxigena, se produce colágeno, aumenta la elastina y se regeneran las células, todo esto hace que se reduzcan las ojeras, la piel esté más firme, luminosa y elástica.
Por lo tanto, es conveniente dormir siete u ocho horas para que nuestra piel esté radiante y si es posible es preferible dormir boca arriba ya que así evitaremos una temprana aparición de bolsas, arrugas y flacidez.