Cómo conducir una moto si tenemos alergia al polen

 

AMV nos explica como afectan a nuestra conducción los síntomas y nos da unas recomendaciones para circular seguros

 

La llegada de la primavera trae también el buen tiempo y con él aumentan las ganas de miles de moteros de comenzar a hacer rutas y escapadas con sus compañeras de dos ruedas, pero, la primavera no solo trae una mejoría del clima y unos paisajes de ensueño llenos de vegetación y flores, también trae el polen y las alergias primaverales, y es que, según datos que maneja www.amv.es, la empresa líder en la comercialización online de seguros de motos, más de 650.000 moteros en España tienen alergia a algún tipo de polen, algo que puede poner en peligro su normal conducción, de hecho, conducir con alergia puede aumentar un 30 % el riesgo de sufrir un accidente de circulación.

En primavera, el aparato reproductor masculino de las flores emite un conjunto de granos diminutos con células espermáticas para fecundar al aparato reproductor femenino de las mismas u otras flores. El resultado son miles de granos de polen que no son visibles pero que causan una respuesta inmunitaria excesiva en individuos hipersensibles, ojo, no hay que confundir el polen con esas pelusillas blancas que producen algunos árboles y plantas. La concentración de polen es mayor en ambientes secos y en los núcleos urbanos, en estos, además, las partículas contaminantes que emiten los vehículos, calefacciones e industrias contribuyen a que la respuesta inmunitaria de los alérgicos sea mayor.

Lo primero que hay que saber son los síntomas de la alergia al polen para no confundirlos con un catarro primaveral debido a los cambios de tiempo que suelen haber en esta época del año, por ello, los expertos de AMV nos muestran los principales síntomas de la alergia al polen y cómo nos afectan en la conducción:

 

Estornudos

La alergia al polen ocasiona estornudos frecuentes. Y estos, a su vez, motivan que no prestemos la suficiente atención a la conducción, además, cada vez que estornudamos nuestro cerebro envía una señal a nuestros párpados para que, como acto reflejo, se cierren y así evitar que los microorganismos que expulsamos puedan entrar en nuestros ojos. Aunque sean unas fracciones de segundo, si estornudamos repetidamente perderemos de vista la carretera, algo muy peligroso según a la velocidad a la que vayamos. Por ejemplo, circular a una velocidad de 90 km/h y estornudar repetidamente durante cinco segundos supone recorrer casi 150 metros a ciegas.

 

Picor, lagrimeo y moqueo

Los granos diminutos que emiten las flores afectan a los ojos en forma de picor y lagrimeo. ¡Una auténtica molestia especialmente con el casco puesto! Además, la alergia también produce moqueo, lo que hace muy difícil la conducción si tenemos que estar llevándonos constantemente la mano a la nariz o a los ojos para secarlos, inimaginable conducir con un pañuelo en la mano. Además, relacionado con los ojos, los cuadros alérgicos provocan que la luz diurna y artificial sea más molesta.

 

Tos y falta de aire

Entre las manifestaciones alérgicas se encuentran los problemas para respirar, la sensación de ahogo, falta de aire y la tos. Es lo que se conoce como asma alérgico, polínico o bronquial. Toser puede además de molestar al conducir puede llenar el cristal del caso de pequeñas gotas o empañárnoslo.

 

Fatiga y cansancio

No menos importante, la alergia al polen puede ocasionar fatiga y cansancio. Es conveniente saber que la fatiga origina entre el 20 % y el 30 % de los accidentes de tráfico.

 

Irritabilidad, depresión, somnolencia

Y junto a todo lo expuesto, la alergia al polen hará que seamos más propensos a la irritabilidad o la depresión, así como producirnos alteraciones del sueño y somnolencia diurna, estados que afectan muy negativamente a la conducción.

 

Queda claro que la alergia al polen tiene una relación muy directa con la seguridad vial y con nuestra manera de conducir una moto, por lo que si tenemos alguno de estos síntomas en esta época del año lo mejor es que visitemos a un alergólogo. ¡Es muy importante que no nos automediquemos!

 

Y una vez que hayamos ido hay que tener en cuenta que lo más probable es que el especialista te recete antihistamínicos. Pero hay que tener cuidado, pues algunos medicamentos influyen en la conducción. En el caso concreto de los antihistamínicos, dificultan la concentración, disminuyen los reflejos y ocasionan inquietud y somnolencia, por lo que es fundamental que leamos el prospecto o que consultemos al especialista si podemos conducir tomándolos.

 


SALUD INTEGRAL


 

Al margen de la medicación, los expertos de AMV nos dan una serie de recomendaciones para poder disfrutar de la conducción con mayor seguridad, a pesar de la alergia:

 

1. Consultar los niveles de polen

En primer lugar, antes de subirnos a nuestra compañera de aventuras para una escapada es importante que consultemos los niveles de polen en el trayecto que vamos a recorrer. En la web de la SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica) podremos encontrar un apartado dedicado a los niveles ambientales de pólenes. Y tanto en Google Play como en App Store podremos descargar apps gratuitas para alérgicos que nos serán de mucha utilidad.

 

2. Prestar atención al casco

En lo referente a nuestro casco de la moto, lo más recomendable en esta época del año es utilizar un casco integral o un casco modular cerrado y asegurarnos de bajar la visera y cerrar las entradas de ventilación cuando conduzcamos.

Si, por otro lado, vamos a utilizar el casco modular en configuración abierta o hacer uso de un casco jet, debemos ponernos una mascarilla de protección. Algunos fabricantes de equipamiento para motorista comercializan este tipo de productos. Y si preferimos acudir a una farmacia o un supermercado, los especialistas aconsejan adquirir mascarillas de tipo FFP2. Una buena idea es combinar la mascarilla con una pinza nasal antivaho. Una alternativa a la mascarilla podría ser una bandana o pañuelo de motorista.

Continuando con el casco, cuando vayamos a comprar uno deberemos comprobar que su interior sea hipoalergénico, es decir, con un riesgo bajo de producir reacciones alérgicas, y extraíble para lavarlo.

Por último, otro aspecto que debemos de tener en cuenta es la pantalla. Para proteger nuestra vista en caso de cuadros alérgicos y que luz diurna y artificial nos resulte molesta, lo mejor es elegir un casco que cuente con una visera ahumada.

 

3. Utilizar gafas de sol

Y puestos a proteger los ojos, unas gafas de sol para conducir en moto nos servirán estupendamente, en especial si no utilizamos un casco cerrado, ya que impedirán que entren pequeñas partículas de polen en nuestros ojos, lo mejor es que nos acerquemos a una óptica de confianza y que nos dejemos aconsejar sobre cuáles son las mejores. Y no hay que olvidar llevarnos el casco para poder probarnos las gafas con él puesto y asegurarnos de que estamos cómodos.

 

4. Controlar las horas y por dónde circulamos

Las peores horas para circular en moto si se tiene alergia son entre las 5.00 y las 10.00 horas, y entre las 19.00 y las 22.00, ya que la concentración de polen es mayor. Además, hay que evitar transitar por parques o zonas donde haya abundante vegetación ni practicar rutas o actividades moteras al aire libre (trial, enduro, motocross, dirt track...) si el nivel de polinización es alto.

 

5. Vigilar nuestra higiene

Por lo que respecta a la higiene personal, debemos evitar tocarnos o frotarnos con las manos sucias. Debemos siempre lavárnoslas antes de refrescarnos la cara o los ojos. Y para aliviar algún síntoma, una opción es emplear toallitas humedecidas libres de compuestos y de alcohol y con pH neutro, tipo las de los bebés.

Al igual que con nuestras manos y cara, debemos prestar especial atención a la limpieza de nuestro casco y otros complementos de nuestro equipamiento motero.

 

6. Seguro de moto para motoristas alérgicos

Por último, en lo relativo a conducir una moto con alergia también debemos tener en cuenta el contratar un seguro de moto que incluya las garantías adecuadas. De manera especial, los expertos de AMV nos recomiendan las coberturas de Asistencia en Viaje y Accidentes del Conductor.

 

Si debido a alguno de los síntomas de la alergia no podemos continuar conduciendo y nos encontramos mal, o sufrimos un accidente, el servicio de grúa de la cobertura de Asistencia en Viaje se encargará de trasladar la moto a nuestro domicilio o un taller para su reparación. Y si el siniestro se salda con daños personales, la cobertura de Accidentes del Conductor nos cubrirá los gastos médicos y hospitalarios. Además, también contempla una indemnización en caso de invalidez o fallecimiento.

 

Jorge Moreno, director comercial de AMV, ha dicho: “El número de moteros crece día tras día, y el de alérgicos también. Algo más del 20 % de los moteros sufren algún tipo de alergia al polen, y conducir padeciendo sus síntomas es, además de molesto, peligroso. Por ello, desde AMV hemos querido mostrar cuáles son los principales síntomas de la alergia y cómo nos pueden afectar a nuestra conducción y damos una serie de consejos para que conducir en esta época del año, aunque tengamos alergia, sea lo más segura posible.”